La pizzería napolitana Nap en barrio de Lavapiés es el primer local que abrió la marca en Madrid. 

El local, de forma alargada, se sitúa en una zona con bastante afluencia de gente, en la esquina entre la C/ Ave María y Tres peces. 

Para esta reforma integral, se realizó una primera fase de derribo de todos los revestimientos y trasdosados existentes en el local que permitió descubrir la estructura originaria del espacio. Así,  quedaron al descubierto el ladrillo rojizo de algunas paredes y el granito gris estructural en la fachada, tan característico, en algunos locales de esta zona de Madrid. 

Dada la pronunciada pendiente de la calle, el granito va ganando altura desde la entrada, y adquiere protagonismo como material que a su vez hace de arrimadero en la zona del banco de comensales. 

El protagonista en este local, el horno de leña para elaborar las pizzas, se sitúa detrás de la barra de elaboración y preparación de las masas. La intervención en su superficie, del artista Okuda, supone un reclamo desde el exterior y da mayor visibilidad al elemento más importante del espacio. 

La barra, en forma de L, se distribuye entre la zona dedicada a la preparación de las pizzas, y la barra de bar y bebidas, recorriendo el volumen central, donde se ubica toda la zona de preparación interior y el lavado. 

La sala de comensales se solucionó con un banco continuo de madera con mesas cuadradas  que recorre la pared de fachada longitudinal y cuatro mesas grupales que se sitúan de forma perpendicular a la pared del volumen central. 

El pavimento de hormigón se une a los materiales de aspecto natural como el granito y el ladrillo mientras  la barra y la pared trasera se propusieron con materiales resistentes como la baldosa blanca y el mármol blanco macael.