A los pies de la montaña de Collserola, en la ciudad de Barcelona, encontramos este ático de 300m2 con vistas privilegiadas a la ciudad. Se trata de un espacio de una sola planta que cuenta con 110 m2 vivienda, una zona exterior cubierta de 40 m2 y otros 150m2 de terraza y piscina.

En este caso, el cliente quería transformar la vivienda existente y convertirla en un espacio cálido y relajado.

La elección de los materiales fue fundamental para poder conseguir un carácter desenfadado y fresco sin perder elegancia, donde el cliente pudiese sentirse realmente a gusto. En todo el proyecto, se apostó por tonalidades claras que permitieran dotar de mayor amplitud a cada una de las estancias; se substituyo gran parte de la iluminación técnica por iluminación decorativa para crear un ambiente acogedor y se modificaron las piezas de mobiliario y textiles.

En el caso de los baños, a pesar de mantener la misma distribución, se revistieron suelos y paredes con microcemento de color arena, se modificaron las luminarias y se sustituyeron los muebles, los sanitarios y las griferías para conseguir un ambiente más íntimo y agradable.  

Finalmente, en la terraza, se colocó una cocina exterior con barbacoa para poder crear un espacio de uso adicional y se modificó la piscina donde se cambió el pavimento, el mobiliario y la iluminación.